Me sumo con este divague a la convocatoria juevera de esta semana que nos deja el amigo Demiurgo desde su blog. Dar clic aquí para leer todos los aportes.
Celebración y conflicto en el cumpleaños de Mara Laira
La tarde culminaba con una idílica
puesta de sol. Desde el estudio del Historietista la vista resultaba ser
magnífica y haberlo elegido como lugar del evento resultó un acierto. Fiel a su
costumbre, el anfitrión llegaba transpirando trayendo con él la torta que había
encargado apenas esa misma mañana. Por suerte, los otros detalles habían estado
a cargo de Ulises y Atalanta, mucho más expeditivos para esos menesteres. La
decoración estaba lista y los snacks
se mostraban tentadores sobre la mesa de dibujo vestida para la ocasión. Variadas
bebidas aguardaban en la heladera y otras tantas se exhibían sobre la mesada de
la pequeña kitchenette.
Los invitados habían llegado
justo a tiempo y ya habían decidido dónde esconderse para sorprender a la
agasajada cuando llegara al estudio, convocada con una falsa excusa para evitar
sospechas. Justo a la hora señalada el ascensor anunció que la homenajeada
había llegado. Aunque los característicos tacos aguja que solían anunciar su
llegada no repicaron esta vez en el palier, todos los asistentes tuvieron la
certeza que se trataba de ella cuando la puerta se abrió con firmeza.
-Gracias chicos por la delicadeza
de organizar este festejo- espetó Mara aún en medio de la oscuridad y sin demostrar
sorpresa -pero ya que también es el Día de los Derechos de las Personas Virtuales,
quisiera aprovechar que están todos reunidos para plantearles un asunto muy
importante para todas nosotras-
En ese preciso instante, al
encenderse las luces, la totalidad del staff
femenino del Maraverso, salió de su
posición de complicidad festiva para colocarse detrás de la que resultaba ser
vocera destacada de aquellas ninfas nacidas de la creatividad del Historietista
o de la materialización del pensamiento de El Demiurgo.
-Si bien entendemos que la
virtualidad de los mundos en que nos desenvolvemos requiere de ciertas
concesiones y aceptando que se nos muestre como voluptuosos objetos del deseo exagerando
nuestras curvaturas desde los ángulos más inverosímiles, la realidad es que consideramos
que nuestra comodidad es un derecho por el que estamos dispuestas a luchar -por
este motivo y reivindicando la lógica dentro de los montajes escénicos de
encuentros violentos, de ahora en más, reclamamos ser dibujadas con ropa y
calzado adecuados para esos enfrentamientos, negándonos a llevarlos a cabo enfundadas
en diminutos bikinis, ajustadísimos e incómodos trajes de fiesta o altísimos
tacos aguja que no resultan nada apropiados ni para la lucha ni para la huida-
La argumentación debió resultar
convincente porque el silencio entre los invitados no fue quebrado por ningún
cuestionamiento. Sólo el estrépito de un champán al ser descorchado remarcó la
aceptación general al planteo de las féminas, dando a la vez oficialmente
iniciado el festejo cumpleañero.